miércoles, 17 de abril de 2013

María Clara González de Urbina

María Clara González de Urbina en la programación de Poesía Sin Fronteras 



María Clara González de Urbina


Libros publicados: Eternidad Visible, Editorial colección Los Conjurados, editorial Común Presencia,  abril 2008; El Lento Trabajo del Olvido/The gentle Labour of Oblivion primera edición Apidama Editores  Bogotá 2002.  Segunda publicación Ediciones Cuarto Propio Bogotá 2003; Pasajeros del Viento/Passangers of the Wind, Trilce Editores Bogotá, 1996; Corte en el Tiempo/Break on Time, Centro Educativo Cultural Inc. Bogotá, 1993; Pulso Interno. Contracartel Editores, 1990.   Mención de honor, Categoría de Poetas Reconocidos. Concurso de Poesía Oxford Center & Unión Nacional de Escritores, Bogotá 1997.
Incluida en: En la exposición itinerante “Colombia-Francia Poesía de dos Continentes, Bogotá/Paris 1991; Antología “Diosas de Bronce” recopilación hecha por Teresa Rozo Moorhouse, Editorial Latidos, California, EUA, 1995; “Vasos Comunicantes” Alianza Colombo Francesa, 1996; Las antologías del octavo y noveno   Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes  publicado por el  Centro de Estudios de la Cultura Mixteca, México D.F., 2001 y 2002; Trilogía Poética de Mujeres en Hispanoamérica (Picaras, Místicas y Rebeldes) publicado por Ediciones la Cuadrilla de La Langosta en noviembre de 2004, México D.F.  Antología del XII Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, México 2008.  Invitada a la cátedra de Literatura del Macalester  College en St. Paul Minesotta octubre 2003, para presentar su obra poética. Participante en el segundo Encuentro Mundial de poetas en Paris, Octubre 2008.
Integrante de la Junta directiva de Poesía Sin Fronteras.  


Danza en la Memoria

Al mar se llega
igual como se nace
como se arriba al lugar de la partida
desnudo
despojado
solo.
Como a un nuevo bautismo
bajo el cielo.

Al mar se llega
después de caminar
descalzo por la vida.

¿Cómo llegué a esta playa de los vientos oscuros?
¿Si me pierdo de mí…
                                                                  a donde iré?
El mar le repite que es tiempo,
pero una breve mirada al horizonte,
reitera la certeza
de ser algo más
       que la trasciende.

Distante batir de alas.
Al borde del abismo
hay un deseo anterior al olvido.

Ella elige recordar.
¿Será entonces  el vuelo, un lugar de pasaje?


Atardece en el mar, 
del amarillo irrumpe la insólita esperanza
vértigo irremediable de la vida.

Un mar que aún no colma el asombro
la desborda.

Con el aire inmóvil
su alma se ilumina,
vislumbra la promesa
de unirse a  las bandadas
cuando madure el viento

A pesar de las plumas y el corazón obscuro
es posible contener la Alegría
―  esa antigua memoria de claves imprecisas ―

No hay lugar en ella
que no habite el presente
y esa inconmensurable paz
a cada instante.
y ella es viento y arena
y ella es ola y espuma,
y es la línea  azul del horizonte,
y es esa otra blanca, que lo cruza.

Volar sería tan fácil
bastaría  tan solo con acunar el aire
con rozar una nube violeta en el ocaso.


Sedienta de trópico y de soles
migraría
cuando el invierno se aproxime.

Busca señales
y en la quietud
aguarda.

En portal de brisas suspendidas
extiende las alas
y el azul solitario
la remonta
hasta el  instante
de la gota de agua
 que se funde en aire,
que se funde en verde,
y se confunde en tierra.

En la bruma,
como un acento que danza en la memoria,
la mansa certidumbre de la espera…

Pero, ahora  la espera es diferente,
                                   se sabe hija de Ulises
                                   ya muy  próxima a Ítaca

Únicamente aguarda
la invocación interna
la profunda
la gris….

Del libro  Eternidad visible, Bogotá, 2008

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