Juan Carlos Céspedes Acosta (Siddartha)
Poeta y escritor de Cartagena de Indias, Colombia. Abogado de profesión.
Periodista freelance. Presidente de la Corporación Cultural Cartagena de Indias.
Director de la Revista La UrraKa Internacional. Miembro del PEN Colombia.
Coordinador del Taller Literario La Urraka. Creador del Festival de Poesía Erótica de Cartagena de Indias. Ex presidente del Parlamento Nacional de Escritores de Colombia.
E-mail del autor: siddarthapoeta@gmail.com
Mano-noche Mano-luna
Mano
noche
Lenis
Valiente
ciudad
que no te pertenece
has
visto fronteras que se cierran
a
tus pies
Mano
luna
Lenis
Valiente
has
visto cómo evitan el saludo
efecto
de klan en sus caras
ley
maldita escrita en la piel para los ojos
y
son buenos hijos, buenos padres
y
pésimos semejantes
pero
saben heredar el odio y
destruir
los pocos puentes
que
aún nos quedan
No
puedes entrar a sus casas
Lenis
Valiente
tú
eres el lado sombreado de la calle
y
ellos son todavía látigo sobre la espalda
Sabes
que podríamos ir a cualquier parte
pero
hay una segregación en el aire
los
has escuchado hablando de la dermis
la
doblez de las palabras
sus
clubes de blancos, sus escuelas de leche
Lenis
Valiente, de aquí no podemos pasar
es
de noche, somos la noche
sobre
nosotros gravita una luna
y
llevamos la oscuridad
bien
apretada en los dientes
No
expliques
no
pidas
solo
camina
hemos
descubierto por dónde
se
rompe la luna.
El primer estravagario
A Pablo Neruda
A la casa del poeta la vigilan las ametralladoras
vidrios rotos, gavetas reventadas
libros quemados
testimonian el
despojo
¿Qué buscaban?
¿Nombres para fusilar?
¿listas y claves para encarcelar?
¿fotografías para torturar?
Si todo estaba en su poesía
la que creían con el fuego destruir
Las tropas vigilaban al poeta
al poeta cansado en su ataúd
al peligro de sus ojos cerrados
al ejército de sus manos cruzadas
a la arenga de su boca clausurada
Ahí va el funeral del estravagario
en medio del acero enemigo
el mejor honor para un valiente
¡Cómo tiemblan los cobardes
cuando la poesía los enfrenta!
Memoria
Escribe, poeta, que llegan
los invasores
con sus manos de hierro no
dejarán
piedra
ni memoria
Escribe en las cosas más inverosímiles
deja claves
en el aire
en el agua
donde no puedan borrar
ni escupir tu rostro
Escribe que vienen los
bárbaros
tumbarán las puertas
quemarán los libros
asesinarán familias
pero tu nombre estará
cifrado
en las cosas que pisan
Cuando duerman los esbirros
la palabra te rescatará de
las ruinas
y volverás en otras pupilas
de nuevo a la vida
Escribe,
poeta, escribe, escribe, escribe…
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